viernes, 19 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
“Yo también tuve 20 años y un corazón vagabundo,
Yo también tuve alegrías y profundos desengaños..."
Es la canción que le entonaba don campoelias urueña a su mujer antes de que ella muriera.
Don campo Elías, hombre de 74 años casado como dios manda hace 58, esposo de Mónica García, hermana de Elvia, propiamente su cuñada, las dos muertas por orden divina. Padre de 10 hijos, frutos del amor, nacidos uno por año consecutivamente, abuelo de un sin numero de nietos.
La edad le pesa, en su piel las grietas de los años no han pasado en vano, sus ojos claros se nublan de un color grisáceo, en su boca quedan las ruinas de lo que al parecer fue una gran sonrisa, su lengua, adormecida por causa de un tumor extraído recientemente de su cerebro, dejo como saldo la perdida de un 40% de su habla, pero según el y sus médicos se recuperara con terapia.
Este es actualmente Don Campo Elías, un hombre que como el cuento, la edad lo cogió, pero ¿quien fue Campo Elías urueña en el pasado?
Nació en la carrera 5ta frente a la iglesia del Carmen.
Se fue a vivir al Jordán 2da etapa desde Hmmm…. Ya perdió la cuenta.
Lo que no se le olvida fue que ahí conoció a su más grande alegría.
¡Casi acaba con la familia!
Don Campo Elías empezó pretendiendo a Elvia García, sin embargo, termino enamorándose de su hermana Mónica, a lo que el dice: “hasta mejor porque a esa muchacha le fue bien mal en el matrimonio, y se murió joven, mientras que mi mujer si fue buena. Yo no tengo queja.”
El tenía 16 años cuando se fue a vivir con Mónica, tuvieron ocho hijos y después de casarse tuvieron otros dos, desde que empezaron su relación han vivido en el Jordán 2da etapa, por eso al preguntarle que era lo que mas recordaba del barrio, no vacilo en responder: “el día en que me case”. Suceso ocurrido en la iglesia san Juan Bautista.
A pesar de la sociedad machista que se imponía en esa época, don Campo Elías parece un hombre de mente abierta, puesto que, para el la base de un buen hogar es la mujer o como dice el: “ella es la que manda”.
Aunque el sostenía la casa económicamente, trabajando de inspector de policía en san Juan de la china, la que dirigía el barco era Mónica. Lo cual para el es un orgullo.
Como de cuentos de hadas resulto la relación del señor urueña y su esposa, eso se nota en la profundidad de las palabras con las que se refiere a ella, demostrando que el amor eterno si existe.
Este es entonces el pasado de el. Pero ¿que une el pasado y el presente de este Don? Pues el AMOR, ese amor que trasciende mas allá del tiempo y de la muerte, amor que siente por la que hasta hace muy poco era su esposa, pero que murió curiosamente por que su corazón no pudo más, la preocupación de que su gran amor pudiera morirse debido al tumor cerebral, la llevo primero a la tumba.
Sentado en una banca del parque los leones en el barrio Jordán, este señor de mirada, algo caída, toma en sus manos una paca de piel roja, sacando una a una las cajetillas de cigarrillos e introduciéndolas en una mochila, mientras va diciendo que el siempre amo y amara a su esposa, que jamás se tuvieron celos, y que Dios no le pudo haber dado mejor regalo, pero dice:”a mi me han salido oportunidades con muchachas pero no he querido”.
Ahora, dispuesto a marcharse rumbo a su casa, apoyado en su gran amigo “el bastón”, asegura, que fuma (vicio que adquirió a los doce años) para calmar los nervios y el estrés, pero que no aspira el humo solo lo mantiene en la boca, entonces, se despide con una sonrisa simple y me dice:”bueno me voy a comer agua panela con pan.”
Camina con serenidad, serenidad que parece solo dan los años.
Yo también tuve alegrías y profundos desengaños..."
Es la canción que le entonaba don campoelias urueña a su mujer antes de que ella muriera.
Don campo Elías, hombre de 74 años casado como dios manda hace 58, esposo de Mónica García, hermana de Elvia, propiamente su cuñada, las dos muertas por orden divina. Padre de 10 hijos, frutos del amor, nacidos uno por año consecutivamente, abuelo de un sin numero de nietos.
La edad le pesa, en su piel las grietas de los años no han pasado en vano, sus ojos claros se nublan de un color grisáceo, en su boca quedan las ruinas de lo que al parecer fue una gran sonrisa, su lengua, adormecida por causa de un tumor extraído recientemente de su cerebro, dejo como saldo la perdida de un 40% de su habla, pero según el y sus médicos se recuperara con terapia.
Este es actualmente Don Campo Elías, un hombre que como el cuento, la edad lo cogió, pero ¿quien fue Campo Elías urueña en el pasado?
Nació en la carrera 5ta frente a la iglesia del Carmen.
Se fue a vivir al Jordán 2da etapa desde Hmmm…. Ya perdió la cuenta.
Lo que no se le olvida fue que ahí conoció a su más grande alegría.
¡Casi acaba con la familia!
Don Campo Elías empezó pretendiendo a Elvia García, sin embargo, termino enamorándose de su hermana Mónica, a lo que el dice: “hasta mejor porque a esa muchacha le fue bien mal en el matrimonio, y se murió joven, mientras que mi mujer si fue buena. Yo no tengo queja.”
El tenía 16 años cuando se fue a vivir con Mónica, tuvieron ocho hijos y después de casarse tuvieron otros dos, desde que empezaron su relación han vivido en el Jordán 2da etapa, por eso al preguntarle que era lo que mas recordaba del barrio, no vacilo en responder: “el día en que me case”. Suceso ocurrido en la iglesia san Juan Bautista.
A pesar de la sociedad machista que se imponía en esa época, don Campo Elías parece un hombre de mente abierta, puesto que, para el la base de un buen hogar es la mujer o como dice el: “ella es la que manda”.
Aunque el sostenía la casa económicamente, trabajando de inspector de policía en san Juan de la china, la que dirigía el barco era Mónica. Lo cual para el es un orgullo.
Como de cuentos de hadas resulto la relación del señor urueña y su esposa, eso se nota en la profundidad de las palabras con las que se refiere a ella, demostrando que el amor eterno si existe.
Este es entonces el pasado de el. Pero ¿que une el pasado y el presente de este Don? Pues el AMOR, ese amor que trasciende mas allá del tiempo y de la muerte, amor que siente por la que hasta hace muy poco era su esposa, pero que murió curiosamente por que su corazón no pudo más, la preocupación de que su gran amor pudiera morirse debido al tumor cerebral, la llevo primero a la tumba.
Sentado en una banca del parque los leones en el barrio Jordán, este señor de mirada, algo caída, toma en sus manos una paca de piel roja, sacando una a una las cajetillas de cigarrillos e introduciéndolas en una mochila, mientras va diciendo que el siempre amo y amara a su esposa, que jamás se tuvieron celos, y que Dios no le pudo haber dado mejor regalo, pero dice:”a mi me han salido oportunidades con muchachas pero no he querido”.
Ahora, dispuesto a marcharse rumbo a su casa, apoyado en su gran amigo “el bastón”, asegura, que fuma (vicio que adquirió a los doce años) para calmar los nervios y el estrés, pero que no aspira el humo solo lo mantiene en la boca, entonces, se despide con una sonrisa simple y me dice:”bueno me voy a comer agua panela con pan.”
Camina con serenidad, serenidad que parece solo dan los años.
martes, 9 de junio de 2009
YA ES TARDE...
Ya es tarde...
La vigilante nocturna
Ciclope por naturaleza
observa entre legañas
Presagios de tormenta.
fantasmas de carne y hueso.
Camina con su arma
Resuelta siempre a luchar.
los gatos bohemios
Se pavonean siendo anfitriones,
Mientras los ecos escalofriantes
Juegan a teloneros.
Se pavonean siendo anfitriones,
Mientras los ecos escalofriantes
Juegan a teloneros.
Ya es tarde...
La vigilante nocturna
Ciclope por naturaleza
observa entre legañas
Presagios de tormenta.
Ya es tarde...
las bancas,los arboles son complices
Dos sombras enardecen
sus cuerpos uno son.
Ya es tarde...
Sonrie un gladiador nocturno
Inmerso en un mundo de fantasmas,fantasmas de carne y hueso.
Camina con su arma
Resuelta siempre a luchar.
Ya es tarde...
¿Pero es tarde?
¿para quièn es tarde?
domingo, 31 de mayo de 2009
martes, 26 de mayo de 2009
Un@ T@rde Caluros@
Paso a paso el calor grita su deseo,
cual montaña rusa sube y baja
queriendo atacar sin piedad las pieles quebradizas.
Extraña alianza etre la humedad y los rayos del sol.
El desierto de cemento y barrotes
impregna una tranquilidad fantasiosa.
Las calles parecen corredores y las casas celdas
construidas al gusto de sus habitantes,
seres presos de la inseguridad...
prisioneros del bochorno.
El encantador silencio de la tarde....
De cerca o de lejos
se divisan fantasmas de carne y hueso,
el resto espera el momento adecuado para salir.
Convirtiendolos en ojos deseosos de sueño
y perezosos resignados.
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